domingo, 17 de mayo de 2015

Presentación

Mi nombre es Beatriz, soy Técnico Superior en Educación Infantil y Psicomotricista. He dedicado más de una década de mi vida a aprender y a descubrir el fascinante y profundo mundo de la Educación. En estos años trabajé como tutora en centros educativos con niños y niñas menores de 3 años. Estudié 2 años de Pedagogía. Me formé en CEFOPP en Práctica Psicomotriz Educativa Aucouturier. Y ahora estoy formándome en Terapia Gestalt. 

La Práctica Psicomotriz Educativa es una propuesta pedagógica para acompañar a las niñas y a los niños en sus procesos evolutivos. Se basa en la unión inseparable entre el movimiento y la dimensión psicológica. Fue con esta formación que tomé conciencia de cuáles son las auténticas necesidades de los bebés y de las niñas y los niños de estas edades. Así como de lo necesaria que es la educación emocional o afectiva, llevada a cabo con amor y desde el respeto.

Tratar con amor implica la aceptación de cada ser en todas y cada una de sus manifestaciones, manteniendo una actitud de acogida, escucha y disponibilidad. Respetar conlleva observar y facilitar a cada niño o niña que siga  sus propios ritmos, descubrir sus peculiaridades, atender sus necesidades biológicas (descanso, movimiento, alimentación, higiene, afecto). Y sobre todo confiar en la sabiduría innata de cada organismo para autorrealizarse desde su propio "plan interno". Para todo esto es imprescindible conocer y respetar las etapas de desarrollo y de evolución psicológica, así como realizar un profundo trabajo del adulto sobre sí mismo. 

Fogaril Son Coret surgió de la necesidad de generar un espacio en el que poder aplicar esta Pedagogía Respetuosa, un lugar donde poder acompañar a un número reducido de niñas y niños en sus conquistas evolutivas. Son Coret es, sobre todo, un HOGAR, con ambientes preparados para que jugar, descubrir y aprender se unan en la experiencia de ser y crecer.

Si conoces familias que quieran involucrarse en este tipo de educación, por favor, no dudes en compartir esta información.

Contacto: fogarilsoncoret@gmail.com

Puedes también visitar nuestra página de facebook: www.facebook.com/fogarilsoncoret

¡Gracias a todas las personas que creen en este proyecto y lo están haciendo posible! :D

El período de adaptación en Son Coret.


La socialización es una conquista que puede ser vivida con placer -si hay respeto y aceptación- o como algo desagradable -si es exigida o impuesta-. ¿Quién no recuerda los besos forzados de tal o cual vecina?  ¿Qué hay de sano en obligar a un niño o a una niña a dar besos a cualquier “conocido”?

La socialización no se inicia en estas edades, se trata de un proceso gradual que los niños y las niñas han de ir conquistando por sí mismos, sintiéndose confiados y seguros.

Para que el proceso de socialización se realice de manera natural y espontánea es necesario que se hayan sentido respetados y comprendidos en sus primeras relaciones, primero dentro y más tarde fuera del núcleo familiar.
Por eso para nosotras es tan necesario que el período de adaptación a nuestro hogar se haga de una manera paulatina y consciente, con vuestra presencia durante el tiempo que cada bebé, cada niña o cada niño necesite para poder separarse de vosotros sin una angustia excesiva.

Consideramos que el bebé ha de ir familiarizándose con el entorno, que ha de poderlo explorar de manera segura y confiada, contando con vuestra presencia y consentimiento implícito. Paralelamente irá acostumbrándose a ver y a escuchar a la educadora, que lo mirará, lo escuchará y lo atenderá en sus necesidades, considerando sus deseos y acompañándolo en sus procesos. Así, de una manera natural el bebé se irá adaptando a nuestro hogar, un hogar que no es el suyo, pero que puede vivir como semejante y que cumple con su función primordial de nido, un hogar donde sentirse seguro, protegido, amado y respetado, necesidades que si son satisfechas favorecen el deseo de aprender.

¿Qué es la Práctica Psicomotriz Educativa?

La Práctica Psicomotriz Educativa –diseñada por Bernard Aucouturier- es una propuesta pedagógica pensada para acompañar a los niños y a las niñas en sus procesos de maduración psicológica.
Se basa en la idea de que el ser humano construye su psiquismo a partir de las relaciones que establece con el entorno mediante su cuerpo. Y por lo tanto a través del movimiento, y en estas edades, del juego.

La psicomotricidad se basa en la unión inseparable del movimiento físico y psíquico. El psiquismo en desarrollo se expresa mediante el movimiento físico. Y se muestran a través de la expresividad motriz, esto es: la expresión corporal, el movimiento, las posturas y el tono muscular.

La psicomotricista aprende a leer la expresividad motriz de los niños y las niñas para tratar de entender su mundo interior, lo que le permite conectar con sus emociones y comprender el sentido profundo de sus comportamientos.

La Práctica Psicomotriz Educativa favorece el descubrimiento de las emociones, tanto de las propias como de las ajenas. Las sesiones de Práctica Psicomotriz Educativa facilita el reconocimiento de las emociones que sienten y favorece su comprensión, así progresivamente podrán distanciarse de ellas, gestionarlas y avanzar en el desarrollo del pensamiento operativo.


¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS DE LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ EDUCATIVA?

-          Realizar juegos de reaseguración profunda. Son juegos  en los que se vivenciasn con placer todas las sensaciones corporales, favoreciendo la liberación de las emociones y de las representaciones mentales inconscientes. Vivir con placer la acción, el juego y el movimiento hace evolucionar los posibles bloqueos del niño y de la niña.

-          Favorecer el desarrollo de la función simbólica. Jugar al “como si” libera emociones y facillita que la niña y el niño se diviertan jugando a imitar situaciones que aún no comprenden. Representar a través de sus juegos imágenes y escenas de la vida cotidiana, les ayuda a integrarlas, a interiorizarlas, a vivenciarlas y hacerlas suyas a través del juego. 

-          Favorecer el acceso a la descentración. Descentrarse es ser capaz de abstraerse del punto de vista propio y tener en cuenta el de los demás. Hasta los SIETE años aproximadamente no se consigue la descentración. Ellos ven e interpretan el mundo a través de sus propias emociones. En la Práctica Psicomotriz se dan situaciones que preparan el camino hacia la descentración.


¿CÓMO SON LAS SESIONES DE PRÁCTICA PSICOMOTRIZ EDUCATIVA?

Para conseguir estos objetivos Bernard Aucouturier diseñó el dispositivo espacial y temporal que caracteriza a esta práctica.
Este dispositivo espacio-temporal promueve el movimiento físico, que favorece el desarrollo de  representaciones mentales y de emociones. El movimiento físico es necesario  para  avanzar hacia el pensamiento: un nivel de representación mental sin movimiento corporal y con movimiento de imágenes.

Para esto, el dispositivo espacio-temporal se estructura en dos espacios y en tres tiempos. Los dos espacios son: uno dedicado a la expresividad motriz, al movimiento y a la acción; y otro destinado a la representación simbólica: la expresividad gráfica, plástica y el lenguaje.

Los tres tiempos corresponden al momento de la expresividad motriz; al momento del cuento; y por último al momento de la representación simbólica.
Las sesiones se desarrollan de la siguiente manera:

Ritual de entrada. Los niños y las niñas entran en la sala y se sientan en el lugar elegido para el ritual de entrada. Es el momento de quitarse los zapatos y prepararse para entrar a jugar. La parte imprescindible de este momento es reconocer a cada niño en su individualidad, para ello nos saludamos. La psicomotricista nombra  a cada uno de los presentes y les saluda de manera individualizada. También se recuerda a los ausentes, para reforzar la idea de grupo. Es en este momento cuando se recuerdan las normas, que son dos: no hacer daño, ni a los demás ni a uno mismo; y no transportar material de la zona de expresividad gráfica a la zona de expresividad motriz.

Momento de la expresividad motriz. Tras el ritual de entrada la psicomotricista invita a los niños y a las niñas a ir a jugar. Les señala la muralla construida con los módulos de gomaespuma y les incita a tirarla. Tras derribar la muralla los niños y las niñas se dan a los juegos sensoriomotores de reaseguración profunda, y juegos simbólicos de reaseguración superficial, así saltar, trepar, desequilibrarse, balancearse, correr, llenar/vaciar, lanzar, esconderse, reír, gritar, etc., son algunas de las acciones que se llevan a cabo en estos momentos de expresividad motriz. Pero también jugar a lobos, a papás y a mamás, construir casas o castillos, conducir vehículos…

Momento del cuento. Cuando ha pasado aproximadamente media hora o tres cuartos de hora, se les informa a los niños y a las niñas que queda poco tiempo para jugar y que pronto serán llamados para contarles un cuento.
La función del cuento es la reaseguración psíquica. El cuento debe emocionarles, ha de estar relacionado con sus miedos, con sus angustias y finalizar con la seguridad, reasegurándolos profundamente. El cuento sirve también para enlazar el momento de la acción, con el momento de la representación. Es un nexo entre ambas situaciones que ayuda al niño a parar su movimiento y a comenzar a poner imágenes a sus emociones. Para que le sea más sencillo acceder al espacio/momento de la representación simbólica.

Momento de la representación simbólica. Después de escuchar el cuento los niños y las niñas son invitados a pasar a la zona de la representación simbólica. Aquí tienen a su alcance material para dibujar, modelar o construir, a fin de que el niño y la niña puedan expresar sus vivencias y sus emociones. La psicomotricista invita al niño y a la niña a hablar de sus producciones, tanto para el desarrollo del lenguaje, como para el acceso a la descentración, para que vayan haciéndose capaces de poner palabras a sus emociones, preparando el camino hacia la inteligencia operatoria.

Ritual de salida. Cuando los niños y las niñas han terminado sus producciones, se les pide de nuevo que pasen a la zona del ritual de entrada, pero esta vez para despedirnos. Es el Momento de ponerse los zapatos y despedirse hasta la próxima sesión.


¿Qué es una madre de día?

Una Madre de Día es una educadora consciente de las necesidades reales de los bebés, una profesional de la Educación que ofrece su hogar como espacio de encuentro para el desarrollo. 

Nuestra madre de día:

Atiende a un máximo de 4 infantes menores de 3 años (3 si algún bebé es menor de 1 año).
Para poder atender a todos y cada uno de los niños y las niñas con la dedicación que se merecen y con total disponibilidad se hace necesario un ambiente íntimo, relajado, donde la madre de día pueda ver, pero también mirar a cada bebé, pueda oír, pero también escuchar sus requerimientos y pueda ofrecerles la atención, individualizada y no dividida, tan necesaria para ellos y ellas en esta etapa de su desarrollo.

Nutre afectivamente a los bebés y asegura un clima afectivo cálido y acogedor, un hogar.
El alma de nuestro proyecto es el hogar, crear un espacio lo más similar posible a ese hogar que cada bebé experimenta con su familia, salvando las diferencias, pero procurando ofrecer ese espacio afectivo tan primordial para la evolución del ser en construcción.

Prepara los ambientes adecuados para cada momento del desarrollo.
Cada etapa del desarrollo requiere de ambientes adecuados a las necesidades y al grado de maduración de los bebés; ambientes relajados pero a la vez estimulantes, que les permitan vivenciar experiencias propias, nacidas de sus deseos e intereses.

Valora las diferencias individuales como señas de identidad.
La diferencia nos hace únicos. Cada bebé tiene su propia y genuina manera de estar y de ser en el mundo, homogeneizar y tratarlos a todos por igual ha sido un error pedagógico que repercute en el proceso de construcción de identidad. La madre de día reconoce y valora las diferencias de todos y cada uno de los bebés, reconociéndoles en su singularidad, para que puedan sentirse aceptados, valorados y amados por lo que son: ellos mismos.

Es consciente de que sirve de modelo referencial de actitudes y valores cuyo aprendizaje se da a través de la observación, la interiorización y la repetición del modelo.
Hay aprendizajes que se dan de manera inconsciente, sin necesidad de mediar palabras al respecto.  Mediante la observación de nuestras reacciones, actitudes y comportamientos, se interiorizan valores éticos, principios morales, códigos de comunicación no verbal, normas de comportamiento social, etc. La madre de día está atenta a la coherencia entre sus palabras y sus acciones.

Permite a los bebés moverse en libertad hacia la conquista de su autonomía.
La necesidad del movimiento libre es prioritaria para el desarrollo motor, especialmente en el momento evolutivo que va desde el nacimiento hasta la adquisición de la marcha. Nuestra madre de día, basándose en las investigaciones realizadas en el Instituto Lòczy por Emmi Pikler y Agnès Szanto confía plenamente en la capacidad de los bebés para aprender desplazamientos y posturas partiendo de su propia iniciativa, sin ayudas externas, es decir, por ellos mismos, sin la ayuda ni la enseñanza directa de los adultos.

Conoce las etapas del desarrollo y respeta el ritmo de maduración de cada bebé, sin estimular y sin forzar aprendizajes, confiando plenamente en el “saber interno”.
Este es uno de nuestros principios pedagógicos más básico. Conocer las etapas del desarrollo implica comprender que al PENSAMIENTO REFLEXIVO se accede alrededor de los SIETE años (momento biológico en el que se establecen las conexiones neuronales que permiten el acceso y uso del neocortex). Y que antes de este momento evolutivo los niños y las niñas no pueden abstraerse de su punto de vista, sólo ven la vida desde su perspectiva única y propia. Respetar esa etapa de egocentrismo es fundamental para su desarrollo.
Respetar el momento evolutivo en el que cada bebé se halla implica no estimular ni forzar aprendizajes; apoyarlo incondicionalmente y acompañarlo en sus conquistas y descubrimientos sin juicios ni valoraciones, confiando en que su propio “plan interno” ya sabe guiarlo instintiva e intuitivamente hacia su autorrealización.

Permite la expresión de las emociones sin negarlas o disimularlas, acompañando a los bebés en sus procesos de desarrollo emocional.
El acompañamiento emocional otorga al bebé su derecho –en ocasiones negado- a sentir su emoción y a manifestarla, a no negarla a no reprimirla, a no disimularla. Sentir la emoción posibilita su posterior reconocimiento e identificación. Para más adelante poderla gestionar. ¿Cuántas veces los adultos estamos “raros” sin acertar a describir exactamente qué emoción sentimos? Acompañarles en sus emociones es permitirles sentir, permitirles ser con todas y cada una de sus manifestaciones, aceptando y acogiendo sus risas y sus llantos pero sin transformarnos nosotros, manteniéndonos estables, firmes en nuestro centro,  acompañándolos en sus procesos de maduración afectiva y emocional.

Acompaña en las –inevitables y estructurantes- frustraciones de los bebés, poniendo los límites precisos amorosamente, manteniendo una actitud de respeto y comprensión que permita la manifestación de la emoción.
Otro de nuestros principios pedagógicos básicos es el acompañamiento respetuoso de los bebés en sus procesos emocionales. Una Pedagogía respetuosa se aleja del autoritarismo, pero presenta autoridad y límites. Somos conscientes de que los límites generan frustración. Acompañar en la frustración significa reconocerla, permitirla sin negarla, legitimar el derecho a frustrarse y a manifestar la emoción que le siga ya sea rabia, o tristeza, o enfado; ya venga acompañada de llanto o de pataletas. La madre de día está ahí, está presente, disponible, acompaña y permite la descarga emocional: con amor, pero manteniendo el límite; sin enfado, con ternura, pero con firmeza.
Mantener esta actitud de respeto hacia las frustraciones que viven los infantes (sin hacerles sentir culpables por su emoción de enfado, tristeza, rabia...) les permite vivir estas emociones con naturalidad, sin la angustia añadida de la culpa.

Reconoce e identifica comportamientos como la agresividad, la sumisión o las llamadas de atención como estrategias de defensa del “yo” en construcción como síntomas y no como comportamientos conscientes.
Un error pedagógico común consiste en asignar consciencia a comportamientos que son inconscientes. Esta falsa creencia nos ha convencido de que cuando un niño o una niña se comportan de manera inadecuada -desde una perspectiva adulta- en realidad lo hacen porque quieren fastidiarnos, y los etiquetamos: “tozudos”, o “vaya carácter”, o  “es muy tímida”, etc.
Los comportamientos displicentes,  tales como la agresividad o la sumisión, suelen ser síntomas de dificultades afectivas y son totalmente inconscientes, el niño o la niña NECESITAN hacer lo que hacen para atraer sobre sí la atención o por activa (agresión) o por pasiva (sumisión). Es la manera que tiene su organismo (y no su consciencia, todavía en construcción) de retransmitir al exterior que no recibe el afecto o la atención que necesita. Esto no significa que sus padres y familiares no se lo den, simplemente nos informa con sus comportamientos que no lo está captando y que es necesario un cambio en nuestras manifestaciones afectivas hacia él o ella.

Ama su profesión y siente un fuerte compromiso con la infancia, con la educación de calidad basada en el amor y el respeto.
El amor hacia la educación de calidad trae consigo el compromiso de desaprender viejos patrones y antiguas creencias educativas, amar la educación implica reaprender la infancia y comprometerse enteramente con el cambio hacia un paradigma educativo más respetuoso que eduque a los niños y a las niñas desde el amor y el respeto profundo.

Actualiza sus conocimientos profundizando en las pedagogías respetuosas en las que se basa, principalmente Aucouturier y  Lòczy.
Bernard Aucouturier (Tours 1934) Pedagogo y creador de la Práctica Psicomotriz, una propuesta pedagógica pensada para acompañar a los niños y a las niñas en su proceso de maduración psicológica, un modelo de intervención educativa no directivo, basado en la idea de que el ser humano construye su psiquismo a partir de las relaciones que establece con el entorno mediante su cuerpo.
Nuestra madre de día está formada en Práctica Psicomotriz Educativa, como psicomotricista comprende que el movimiento físico -la expresión corporal, las posturas, el tono muscular- está ligado al movimiento psíquico y que la expresividad motriz es la vía de expresión de los contenidos inconscientes del psiquismo, la manera personal, genuina y única con la que cada niño manifiesta el placer de ser él mismo. Leer la expresividad motriz de los niños y las niñas posibilita entender su mundo interior, conectar con sus emociones y comprender el sentido profundo de sus comportamientos.

El Instituto Lòczy fue fundado en Budapest en el año 1946 por la pediatra Emmi Pikler (Viena 1902-1984). Allí se llevaron a cabo estudios e investigaciones sobre el desarrollo de la motricidad global que desvelaron la importancia de la autonomía y de la libertad en los movimientos y en las posturas. Las conclusiones que se derivaron de estos estudios están recogidas en su libro “Moverse en libertad: desarrollo de la motricidad global”.
Las investigaciones de Emmi Pikler y Agnès Szanto se basaron en el seguimiento longitudinal de más de 2.000 niños que aprendieron desplazamientos y posturas a partir de su propia iniciativa, sin ayudas de artilugios (sillitas, andadores, etc.) y sin la ayuda ni la enseñanza directa de los adultos.

Mantiene una comunicación constante con las familias.
La asociación está enfocada al acompañamiento respetuoso de los bebés, de los niños y de las niñas, pero teniendo presente que las familias sois el núcleo. La educación es un compromiso que asumimos todas las personas que nos involucramos en este proyecto. Así se hace necesario mantener una comunicación que nos permita crecer juntos, compartir aprendizajes, dudas y experiencias. Generar esos espacios necesarios para la expresión de nuestras emociones y la posibilidad de comunicarnos desde el respeto y el amor es un aspecto más de la educación consciente.